Lesión de Tobillo

Osteocondritis de Astrágalo

LESIÓN OSTEOCONDRITIS DE ASTRÁGALO

La osteocondritis de astrágalo es una lesión focal o difusa en el cartílago articular del astrágalo que puede llegar a afectar al hueso subcondral y ser una causa de dolor de tiempo de evolución a nivel del tobillo que aparece tanto en gente joven como en pacientes de mayor edad.

¿Qué causa la osteocondritis de astrágalo? 

La lesión del cartílago del astrágalo puede producirse por microtraumatismos repetidos durante la actividad deportiva o por un único evento traumático como es una importante torcedura de tobillo que provoca una contusión en la zona lateral del cartílago y del hueso subcondral dañando ambos. Los pacientes con pies cavos tienen a su vez mayor riesgo de padecerlo. 

¿Cuáles son los síntomas?

El dolor es el síntoma más frecuente, que suele aparecer con la actividad deportiva o los paseos prolongados y característicamente los pacientes lo refieren en la zona central del tobillo, aunque en muchas ocasiones la palpación directa no lo reproduce. Puede acompañarse de edema e hinchazón, e incluso aparecer bloqueos o chasquidos. 

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se inicia con una correcta anamnesis y exploración física del paciente, pero es necesario pruebas de imagen como los rayos x y sobre todo la resonancia magnética para llegar al diagnóstico definitivo y conocer la extensión de la lesión. 

 ¿Cuál es el tratamiento habitual? 

En las fases iniciales y cuando la lesión es pequeña el tratamiento es no quirúrgico y consiste en inmovilización del tobillo y evitar la carga con el tobillo en el que se ha producido la lesión. En fases avanzadas y cuando quedan secuelas de la lesión el uso de terapias ortobiológicas pueden ayudar a disminuir la inflamación, así como los síntomas. 

¿Qué tipo de cirugías se pueden realizar?

En aquellos casos en los que la lesión sea de mayor tamaño, se recomienda la cirugía por vía artroscópica para eliminar y retirar posibles trozos de cartílago que estén sueltos en la articulación y para estimular la cicatrización y curación del cartílago dañado a través de pequeñas perforaciones en el hueso que está expuesto. Tras la intervención artroscópica, se ha observado que asociar algún tipo de terapia ortobiológica favorece la recuperación de los pacientes. 

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